Los 10
mandamientos de Risto Mejide (elperiodico)
ANA SÁNCHEZ / Barcelona Miércoles, 04/12/2013 | Actualizado el 05/12/2013
Su
artículo 'No busques trabajo' fue el más retuiteado del país. El creativo lo ha
ampliado a formato libro. Autoayuda laboral a lo Risto: a bocajarro y con
collejas
Lo dice
ya en la introducción de su nuevo libro: que es el peor indicado para dar
consejos, que tiene un ego que no se puede permitir, que se quiere por encima
de sus posibilidades, que sus escasos éxitos profesionales han sido casi
siempre fruto de la casualidad. Que no tiene ni puñetera idea de casi nada. Así
que la primera sensación que da el libro es que está escrito por algún negro.
Risto Mejide sonríe, menea la cabeza. “No, no. Lo escribí yo. Es un libro que,
para empezar, no tiene negros”. Negros blanqueados, los llama. El creativo
comparte autoría con el escritor y crítico musical Juan Carlos Moreno Delgado,
el editor Roger Domingo y su propia mujer, la presentadora Ruth Jiménez.
Cuesta
encontrar piedras que tirar al tejado de Risto. Él siempre se ha arrojado ya
las más llamativas. Así que quizá hay que calibrar el dicho: la mejor defensa
es el ataque a uno mismo. “Hay que salir criticado de casa –responde el ex
terror de los triunfitos–. Es una cosa que yo he practicado siempre. Sé muy
bien lo que hago bien, pero también sé muy bien lo que hago mal. Porque tengo
mucha gente que me lo dice”. Mucha gente = 1,5 millones de seguidores en
Twitter, 72.000 en Instagram, más de 127.000 en Facebook. Un alcance total
estimado de 12 millones de impactos, según su 'biopic' de solapa. Casi tantos
lectores como toda la prensa escrita española. ¿Que cómo una persona que no
tiene ni idea de nada ha llegado a tener esa potencia mediática? “Porque creo
que una de las cosas que sí sé hacer es comunicar”, responde él de carrerilla.
Ya va por
su quinto libro. Título muy Risto: 'No busques trabajo' [él así ha encontrado
siete]. Desmonta 50 excusas para no salir de la zona de confort. Es un libro
con precuela: nació de uno de sus artículos dominicales del suplemento 'Más
Periódico' ('El Periódico de Catalunya'). El del 19 de mayo se convirtió en el
más retuiteado del país. ¿Qué tiene el libro que no se pueda encontrar ya en
Internet? “Mi punto de vista”, responde su autor. Autoayuda a lo Risto Mejide:
a bocajarro y con collejas. “Quien piense que voy a inventar la sopa de ajo,
que no lo compre –dice–. No estoy descubriendo nada nuevo. Listo las cosas que
va bien recordar”.
A
continuación, los 10 mandamientos del Mesías de Twitter para ser tu propio jefe
[hace siete años que él lo es]. Con una salvedad: aquí no hay milagros. No
buscar trabajo cuesta bastante trabajo.
1. Deja
de soñar con ser funcionario
Primer
mandamiento basado en estadísticas: “El 56% de los españoles de 16 a 30 años
sueñan con ser funcionarios”, recoge el libro de Risto. Si a alguien se le
ocurre desmarcarse del españolito medio, aquí va el porcentaje con bofetada:
“El 92% de los emprendedores dicen que España no es el país indicado para poner
en marcha negocios ni empresas”. Risto cambia el abracadabra moderno –“emprender”–
por “autoemplearse”. “Emprender pueden muy pocos. Autoemplearse podemos todos”,
garantiza el creativo. Autoemplearse = “No significa abrir un negocio, sino
generarte tu propio empleo. Ser un autónomo que vende una habilidad que le hace
especial”. Contraindicaciones: “No es la panacea. Te llevas mucho trabajo a
casa y hay jornadas de 16 horas, sí. Pero puedes elegir dónde trabajas, puedes
elegir con quién trabajas”. ¿Ventajas? “Es la única empresa de la que jamás te
podrán despedir”.
No se
requiere experiencia. Risto pone como ejemplo a David Ogilvy, “uno de los
mejores creativos de todos los tiempos”. Se estrenó con 38 años. Había sido
cocinero, vendedor, diplomático, granjero. Nunca antes había redactado un texto
publicitario.
Tampoco
se necesita inversión mínima. A Alec Brownstein le bastaron 6 dólares para
conseguir dos ofertas de trabajo. Puso un anuncio que aparecía cada vez que se
tecleaban en Google los nombres de los seis directores creativos más
importantes de Nueva York, que precisamente tenían tendencia a la egobúsqueda.
Así que cuando los directores se googleaban a sí mismos, leían: “Buscarse a uno
mismo es divertido, contratarme a mí lo es mucho más”.
Moraleja:
“Tú decides a qué grupo quieres pertenecer: a los que lloran o a los que fabrican
pañuelos”.
2.
Descubre tus rarezas
En qué
eres raro. No especial. “Lo de especial conlleva un matiz positivo –remarca el
libro–. No necesariamente lo que nos diferencie será algo de lo que podremos
estar orgullosos. Y allí también existirá oportunidad de negocio”. “Eso –añade
Risto– va radicalmente en contra de los currículos. Un currículo es una lista
de cosas que todo el mundo conoce y muchos más han hecho. Cuanto más tendía a
la uniformidad hasta hace poco, mejor eras.
‘He-estudiado-en-la-universidad-de-Harvard’. Poco a poco hemos ido descubriendo
que eso es mentira”.
¿Cómo se
descubren las rarezas? “Yo defiendo que es a partir de lo que más molesta
–responde el publicista–. Lo que más te cuesta meter en el currículo”. Así que
toca hacerse autoanálisis. “Siéntate con alguien que te conozca bien”. Y
escribe en un papel: “Yo soy el único que, dos puntos”. “Para venderte a ti
mismo tienes que buscar en qué eres único. Ese es el primer paso que defiendo
siempre. Y que moleste a gente”. Que moleste a la gente correcta. “Es lo que
espero comunicarle a mi hijo algún día. ‘Oye, ¿quieres ser pizzero? Sé pizzero,
pero sé el único que: reparte en pelotas”.
3. No
seas un ‘miedocre’
“El mayor
enemigo –advierte Risto– lo tenemos dentro”. El miedo. Miedo al fracaso, al qué
dirán, a tener razón. A conseguirlo. “Y a perder lo que has conseguido –termina
de enumerar el creativo–. El miedo te va a estar acompañando toda la vida. Te
vaya como te vaya. El tema es qué relación estableces con tu miedo. El que no
tiene miedo es temerario. El valiente es el que lo tiene y aun así actúa. Yo
intento convertirlo en ruido cuando aparece. Ruido ambiental. Está ahí. Pero no
dejo que dirija mi vida”.
De ese
ruido ambiental se recomienda quedarse con un estribillo: hay que estar
dispuesto a asumir riesgos. “El riesgo es la manera que tiene la vida de
decirte que puedes tener una vida más interesante”, dice el creativo. Aunque
los porcentajes no ayudan: solo el 12% de los encuestados en el Eurobarómetro
de 2010 se identificaban con la frase “soy una persona que toma riesgos”. ¿La
fórmula mágica? Distinguir “riesgo” de “incertidumbre”. Tener un optimismo
moderado. Y seguir el consejo del espía peliculero Jason Bourne: “Espera lo
mejor, pero prepárate para lo peor”. La mala suerte –advierte Risto– es la
excusa de los fracasados.
4.
Fracasa
“Fracasa
rápido y barato”, aconseja el creativo. “Que no te vaya la vida en ello. Si
tienes 100.000 euros, no los pongas todos en la misma cesta. Haz 10 proyectos
de 10.000. Y el que te salga mal que no te cueste la vida”. Risto insiste en
que él trabaja para fracasar. “Mucho y bueno”. “Hace poco un tuitero decía:
‘Risto Mejide es un fracasado. Fracasó como músico, fracasó en sus programas de
televisión, fracasó como productor musical...’. Si es que estoy orgullosísimo
de estos fracasos. Y te has quedado corto –el creativo enumera unos cuantos más
en su último libro–. Pero esos fracasos me han llevado hasta aquí. Esa es la
parte que falta. La gente reniega de sus fracasos. Son los hijos bastardos”.
Frase
para recitar de carrerilla ante potenciales inversores: “El fracaso es la única
forma que tiene la vida de comprobar que realmente deseas conseguirlo”. De
hecho, según recoge el publicista, en EEUU hay bancos que solo conceden
créditos para proyectos de emprendedores que ya han fracasado antes.
“Espabilamos
gracias a morder el polvo”. Es uno de los mantras de los gurús: conviene
equivocarse antes de acertar. “Los mejores profesionales que me he encontrado
en mi vida eran auténticas plantas de reciclaje de fracasos. Cogían su fracaso
y lo convertían en botella de plástico”. Ya. Pero ¿y de qué comes mientras?
Risto echa mano de la pirámide de Maslow (esa jerarquía de necesidades que se
memorizaba en el colegio). “Si no tienes para comer, lo primero, come. No
hablemos ni de realizarte ni de ser profesional de éxito. Primero come, y luego
vamos al siguiente nivel”.
5. Ten fe
en ti mismo
Verdad de
Perogrullo para sacar pecho sin autolesionarse: “Hay millones de personas
mejores que tú, pero tú eres también mejor que otros millones de personas en
algo”. Debe ser la muletilla del autoempleado: con-fi-an-za. La confianza se
transmite. “Si no crees tú en ti mismo, el que está al otro lado de la mesa
tampoco lo va a hacer –apunta Risto–. Eso se comunica de manera no verbal”.
Chute de
autoconfianza: “El mundo está lleno de carteras dispuestas a dejarse seducir
por cualquier cosa que sea novedosa o sugestiva”. Es decir: que ahí fuera hay
mercado para los productos más extraños. “Nadie es imprescindible, ya lo
sabemos –adelanta el publicista–. Pero todos los días pagamos productos y
servicios que nos han convencido de lo contrario. Todos los días”. Por ejemplo,
ya hay una empresa que instala códigos QR en las lápidas para ver al muerto en
vida a golpe de 'smartphone'. “Son empresas que han encontrado su nicho, nunca
mejor dicho, de mercado”, sonríe el creativo.
6. Sé un
oportunista
Es la
cualidad básica de todo autoempleado del mes: “Un buen autoempleado no se
distingue tanto por sus ideas geniales como por su capacidad para encontrar
oportunidades”. Hay muchas ideas –apunta el libro– que pululan por el mundo a
la espera de que alguien saque su red y las cace. Por ejemplo: la del yogur
helado. Ya existía fuera de España. Sacó la red Pedro Espinosa. Hoy tiene 122
establecimientos y factura 26 millones de euros, recoge Risto.
Las
oportunidades se generan, añade el creativo. “No tienes que esperar en tu casa
a que te venga la oportunidad. Puedes forzar a que ocurra”. Él saca el ejemplo
de su propio dormitorio. “Si no fuera porque yo me puse repetidas veces en el camino
de mi mujer, hoy no estaría conmigo. Yo la perseguí. Me puse delante, me puse
delante, me puse delante, y al final me dio la oportunidad. [Desde que le mandó
el primer sms, “me has hecho volver a creer en las hadas”, hasta que empezaron
a salir pasaron tres años]. Yo era un acosador casi [se ríe]. Yo generé esa
oportunidad de donde no existía. Porque ella desde el principio me mandó a la
mierda directamente. De mandarme a la mierda pasó a ser hoy la madre de mi
hijo. Es quizá mi mayor triunfo en la vida. Soy un oportunista”.
La clave:
“Que la persona acosada no tenga otro remedio que sonreír. Igual en la venta.
Esa es la manera: buscar siempre la sonrisa del otro en cada paso. El acoso con
sonrisa es lo que funciona”.
7. Estate
dispuesto a cambiar
Hubo un
tiempo en el que los empresarios decían sin reír “contrato indefinido”. Hace
años de eso. Pero la estabilidad en el trabajo, ese concepto tan 'vintage',
sigue siendo la prioridad del 74% de españoles, según algunas encuestas. Así
que se impone cambio de chip: “El concepto perenne ha quedado caduco”, advierte
Risto. “El mundo de hoy nos empuja a ser flexibles y polivalentes”. Eso también
incluye abandonar las ideas cuando no funcionan, añade el jurado televisivo.
“Ser capaz de despegarte de una idea que te está hundiendo en la miseria”. De
esa “cojoidea” que va a salvar al mundo. “Hay gente convencida de eso y nadie
de su entorno le está diciendo: ‘Chist, para’, o ‘esto ya existe’, o ‘hay algo
que no funciona”. Vuelta al análisis autocrítico. “O lo haces tú o lo haces con
el entorno, pero en algún momento tienes que hacerlo. Porque pegarse a una idea
–asegura el creativo– puede ser la mejor manera de pegarse una hostia”.
A estas
alturas, hay que saber conjugar bien el verbo más importante del márketing:
escuchar. “Escuchar a tu entorno. Escuchar al consumidor. Escuchar las
sugerencias que te llegan. Ser capaz de integrarlas, valorarlas, y pensar:
‘Pues quizá esto que me está diciendo me ayuda’. Escuchar”. Es el secreto, dice
Risto, para fidelizar a los clientes. “Por eso es tan difícil encontrar un
emprendedor, porque es un balance muy complicado entre la pasión por lo que
haces y la humildad para ser capaz de despegarte de ello”.
Diversifícate.
Es el mejor consejo que se ha dado Risto a sí mismo. De jefe explotador a
autoempleado. Ahora acumula siete trabajos: tiene una agencia de publicidad
(Aftershare.tv) y una productora de televisión, colabora en 'El Periódico de
Catalunya', da conferencias, escribe libros, ejerce de 'business angel'
(inversor), lo que ha terminado cristalizando en la aceleradora de negocios
Conector.com, y es jurado televisivo ('Tú sí que vales', Tele 5). “Diversificar
–justifica sus tics de 'workaholic'– te otorga independencia”.
8. Deja
de enviar currículos y empieza a conocer gente
El
consejo es de Juan Merodio, experto en márketing digital y redes sociales. “En
los tiempos de Internet y las redes sociales no puedes decir que no conoces a
nadie”, añade Risto. “Conectarte con gente te va a suponer muchos más
beneficios que hacer 10.000 posgrados y doctorados. Yo en LinkedIn tengo 5.000
contactos. Es la base de gente a la que primero recurro cuando busco a
alguien”.
LinkedIn,
Twitter, Facebook, Tuenti. “Busca a gente que esté haciendo lo que tú quieres
hacer [teclea “blogs de emprendedores” en Google. Solo marketingguerrilla.es
tiene 100 referencias]. Fíjate a quién siguen. Sobre qué escriben. Copia a
quien quieras parecerte y pronto empezarás a tener tu propia marca”, aconseja
el publicista. Crea un blog. Abre una web profesional. “Empieza regalando todo
lo que sabes”. Risto propone seguir su “teoría del cuarto oscuro”: “Dar, dar y
dar con la esperanza de recibir algún día”. E ir siempre de culo, se da por
hecho. “Viene en el 'pack'”, se ríe el publicista.
9. Busca
problemas
Lo repite
el profesor Xavier Sala i Martín de conferencia en conferencia: habría que
educar a los niños a buscar problemas donde no los hay. “La búsqueda de
problemas es una búsqueda de oportunidades”, le justifica Risto. “No nos han
educado para buscar los problemas. Y la vida, y sobre todo el sector servicios,
consiste en solucionar problemas a tus clientes”. Es la fase clave para hacerse
imprescindible. “Mirar donde todo el mundo mira y ver lo que nadie más ve”. Es
decir: estudiar al potencial comprador e identificar qué problemas tiene.
“Incluso descubrirle aquellos que no sabía que tenía –apunta el creativo– . Un
gran 'marketiniano' es alguien que te dice: ‘Tú no lo sabes, pero tú me
necesitas’. Y luego te convence. Eso es lo que hizo Steve Jobs. Cuando lanzó al
mercado el iPod, ya existía el reproductor mp3”. Así que “NO” en el vocabulario
de Risto Mejide significa “Necesidad Oculta”. Quiere decir “que no has dado con
la necesidad latente del que te está escuchando”.
10.
Recurre a la familia y amigos
Las tres
efes, que dicen los americanos: Friends, Family and Fools. Amigos, familia y
locos o tontos, según convenga traducirlo. Alternativa postburbuja inmobiliaria
a los bancos. “Por culpa de la incertidumbre sobre el futuro de España –recoge
Risto–, hay más de 738.000 millones de euros de particulares en depósitos que
están rindiendo un mísero 1,41% como media. Si consigues convencer a un 0,0001%
de ese capital de que tú podrás darle más de un 1,41%, ya tendrás más que
asegurada tu inversión inicial”. Si no, hay dos opciones más: buscarse un
'business angel' (inversor privado) y el capital riesgo (entidades
financieras). Y tatuarse una frase en la frente: libérate de compromisos. Es
sabiduría de abuela: “No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita”.
Y un mandamiento de regalo: “Solo fracasas cuando dejas de intentarlo”.