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domingo, 28 de octubre de 2018

Un vigilante con ilusión



Un vigilante con ilusión

Érase que se era un personaje muy popular al que llamaban vigilante de seguridad. Ante cualquier problema o agresión todos a él le llamaban, sobre todo, para que él diera la cara. El querido vigilante, eso no le importaba, era más, acudía con valentía a la urgente llamada.

En su afán de atender y, sobre todo defender, estaba siempre presente, atento, disciplinado, y como, bien plantado, era tal su dedicación que, en más de una ocasión todos los golpes él se llevó.

Cuando le agredían de él nadie se cuidaba, era más, todos le olvidaban y de él nadie decía. En cambio, si en algún momento él se extralimitaba, todos de él decían, publicaba, televisaban, incluso ajusticiaban, y como era de esperar, de boca en boca acababa. No importaba lo que en su vida hiciera, o simplemente le hicieran, o también, le sucediera, por ese acto cualquiera, ya a él, se le maldijera.

En su vida, como tal, el vigilante de seguridad, en algún momento sangró de las heridas sufridas por tanta exposición, alguno de ellos murió debido a una agresión, como eso no vendía, al otro día de esa agresión todo se olvidaría.

Quiero volver a decir con mucha desilusión que, si alguna vez ocurriera, él por sí mismo agrediera, en la prensa saldría por ese maldito día y maldecido por la acción que él produjera.

Y, para terminar, quiero también mencionar, o más bien recordar, a tanto vigilante caído por una acción realizada, las vidas éstos perdieron debido a los que les agredieron, otros casos con más suerte, sólo por la agresión, una secuela les quedo.

Y aquí se acaba la historia de ese valiente señor, al que todos le llaman el segurata con desprecio y sin clamor, pero, que, en realidad, por su valentía y honestidad, se le ha de nombrar vigilante de seguridad.
bayekas

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