Cierro
mis ojos (02.06.2019)
Cierro
los ojos, abro la mente para preguntarme —¿Qué veo? —Estoy un instante con la
pregunta en el aire, la mente abierta y los ojos con los párpados bajados. La
pregunta que me hice sigue sin contestación. Debe ser que soy difícil de
mollera, por lo que abro de nuevo los ojos y dejó a mi mente en libertad.
Es
imposible pensar cuando tú vas por un camino y tu mente es ácrata. He intentado
dejarla en blanco, forzarla a pensar en lo que quiero, pero a veces, parece que
tiene independencia propia, que no está sujeta a las leyes del cuerpo y anda
por un sendero distinto.
No
me doy por vencido, he intento de nuevo dejarla en punto muerto, vamos, en
blanco. Me pongo a meditar, relajo mi cuerpo, mi respiración va de acordé con
el ejercicio que estoy realizando, cierro otra vez los ojos. Me siento cómodo,
sin nervios, la tensión que antes me invadía se va fluyendo fuera del cuerpo y va
dando paso a una tranquilidad, a una calma. Respiro pausado, siento el fluir de
mi respiración, el sonido al aspirar y espirar el aire, esto hace que mi mente
se abra y deje salir lo que permanece en su interior.
Poco
a poco me va invadiendo una calma, una serenidad, que hace que mi cuerpo flote,
esa es la sensación que estoy experimentado. Ya no pienso en nada, mis brazos y
piernas las siento flojas, mis músculos abandonan la tensión. Ahora todo es paz
y serenidad.
Empiezo
a oír mi yo interno que me dice que es la hora del sosiego. Ya solo oigo el
fluir del aire. Me adentro cada vez más en el silencio, éste me empieza a
rodear con la intención de no dejar pasar nada que me incomode, me perturbe,
que rompa la unión que tengo con el silencio absoluto.
Mi
mente está en blanco, vacía de pensamientos intranquilizadores, mis ojos
cerrados empiezan a ver interiormente, todo está en unión, se ha completado la
base del acompañamiento cuerpor-masa-espíritu, el yo interior toma forma.
Voy
sintiendo un vacío muy necesario donde solo siento mi cuerpo en paz, el corazón
latir, la respiración pausada. El aire fluye por mi cuerpo, esto me hace sentir
que entra y sale por los poros de mi piel. Estoy sintiendo, viendo mi espíritu,
mi yo.
Hoy
me he encontrado conmigo mismo, hoy me he conocido, hoy he visto mi interior.
Hoy por fin ha fluido mi espíritu y le he visto volar en el cielo azul.
Con
calma, sin prisa, voy abriendo los ojos, dejo que mis extremidades se muevan,
que sus músculos hagan su función.
Me
incorporo despacio, muy despacio, no quiero romper la unión lograda. Hoy me
siento un ser diferente, un ser lleno de energía positiva. Hoy he visto lo que
mi interior escondía. Hoy en conocido mi alma.
bayekas
No hay comentarios:
Publicar un comentario