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sábado, 13 de octubre de 2018

La gente, las personas, en definitiva, una parte del mundo



La gente, las personas, en definitiva, una parte del mundo

No saben escuchar, oír, con lo fácil que es. Incluso se puede practicar. Es cuestión de paciencia y saber estar ese momento. No todo el mundo sabe escuchar, eso sí, hablar por hablar lo practica casi todo el mundo.

Decimos un montón de gilipolleces, incluso las repetimos en varias ocasiones, es más, en los grupos del WhatsApp, en las redes sociales, en cualquier tiempo y ocasión, no nos cansamos de decirlas, de repetirlas, pero claro está, si a otra persona por una u otra circunstancia se le ocurriera decir una sola, vamos una gilipollez, nos alteramos, nos irritamos, no podemos tolerar esa osadía ¡Por dios, que vulgaridad y atrevimiento!

Así somos, no podemos evitarlo. Que los demás, delante nuestro y sin nuestro consentimiento, pronunciara una gilipollez por muy pequeña que sea, eso en sí, sería un horror, no un error, eso es imperdonable.

En cambio, nosotros sin meditar, ni pensar, como si de un espontáneo se tratará, decimos y repetimos, una tras otra, y más incluso, gilipolleces a doquier, sin enrojecer, sin acalorarnos, vamos, como si se tratara de la cosa más natural de mundo, así somos.

Ves los grupos del WhatsApp, el Twitter, el Facebook, todas las redes sociales, y están saturadas de gilipolleces, a cuál más grande y más osada.

No te creas que la gente después de soltarlas se arrepiente, se inmuta, que va, se queda tan pancha, incluso descansando como si hubiera realizado un gran esfuerzo.

En cambio, después de decir tú una insignificante, te llueven hostias y críticas por todos los lados, y más, sobre todo de aquellos que no paran de soltarlas, las gilipolleces, claro está.

Así es el mundo y su gente, no todas las personas de este mundo o de aquel son así, pero...., joder con las que nos tocan a nosotros, no paran de soltarlas una tras otra, y uno ahí, aguantando sin poder decir ni mu, esto es un sacrificio infrahumano el que estamos haciendo continuamente.

En fin, a ti que te voy a contar, si tú eres el de las gilipolleces, si crees o entiendes que no entras dentro de esta lista, entonces, no te ofendas ni te des por aludido, que contigo esto no va, le lo digo para que no te ofendas, pues hay cada uno por ahí, que antes de leer esto ya está ofendido y mandándome gilipolleces.

Venga, no vemos mañana, ves pensando cómo y cuántas me vas decir si eres de esos, no te preocupes que yo tengo aguante para esto y para más, y si no, me tomo una pastilla y a otra cosa mariposa.
bayekas

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