Un
cuento o una realidad
Que
nadie se ofenda, pero que todos escuchen, lean.
Había
una vez un hombre, que usaba su bandera como signo de la verdad, su verdad. Este
hombre, no era viajero, por lo tanto, sólo conocía aquello que le rodeaba.
Pero
un día, por asuntos familiares, tuvo que salir de su tierra, dejando también su
bandera.
Este
hombre, pasó por varios territorios, y vio, diferentes banderas, todas distintas
entre sí, y también, divergente de la suya.
Ahora
bien, lo que, si vio, es que, todos se afanaban en su labor diaria, todos daban
de sí, todo lo que podían, trabajaban todos como el que más, más a su vez, que al unísono.
Entonces
se puso a pensar, y saco la conclusión de que, la bandera, su bandera, no era la
verdad, al igual que las demás, lo que si era verdad, es que, todos trabajan
pensando no en ellos mismos, si no en los demás, en el esfuerzo común.
Por
eso se dijo:
La
verdad, no la da un signo en concreto, la da, la hace, lo que realmente somos, cuando pensamos que, al igual que nosotros hacemos esfuerzos y trabajos, también
los hacen los demás sin pensar egoístamente en uno mismo.
Nadie
tiene patrimonio de la verdad y todos somos parte de ella.
bayekas
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