Vigilantes
las concentraciones y movilizaciones ya están aquí (24.03.2019)
Y
de pronto vinieron las movilizaciones, las concentraciones y los vigilantes no
estaban allí, por eso te preguntas:
¿Qué
sentido tienen?
No
una vez, ni otra, sino muchas más, casi siempre que se pronuncian o se
convocan, el vigilante está ausente, su sitio está vacío; pues de nada valen
éstas si los actores principales no participan.
Se
oye, se lee, se dice; una, dos tres y muchas más, que los vigilantes de
seguridad estamos en una situación caótica, laboralmente hablando, además de
económica; que los derechos son cada vez menos, pero las obligaciones van
aumentando; qué los salarios disminuyen, pero el peligro que conlleva este
trabajo es todo lo contrario; qué las quejas y lamentaciones por las redes
sociales son constantes, pero no así los actos de protesta en las calles; qué
se habla (por parte de los vigilantes) del incumplimiento de las leyes, pero
éstos (los vigilantes) no lo denuncian por los cauces oficiales.
Todos
son quejas y lamentaciones, pero nada de actos combativos contra los males que
padece el sector de seguridad privada y los vigilantes.
Por
todo ello, nos queda mucho que hacer y poco que lamentar y llorar, ya que esto
último es constante.
Si
nos miráramos en el espejo, nos daría pena lo que contemplaríamos. Si nos
escuchamos, nos daríamos cuenta de lo que somos y dejamos de ser. Si
escribiéramos lo que decimos constantemente y después lo leyéramos, veríamos lo
que somos y lo que podríamos ser.
En
definitiva, mejor no hablar, hasta que este sector actúe de verdad.
Hagamos
el silencio, hasta que los actos hablen por nosotros, y no hablemos en
ausencia, mientras los actos callan.
bayekas
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