El
papel y la tinta escrita 06.03.2019)
(Leonardo
da Vinci en la Italia del año 1487)
Una
hoja de papel que estaba sobre una escribanía, junto a otras hojas iguales a
ella, se encontró un buen día completamente manchada por unos signos. Una
pluma, bañada en negrísima tinta, había escrito en ella multitud de palabras.
—¿No
podías haberme ahorrado esta humillación? —dijo enojada la hoja de papel a la tinta.
—Me
has ensuciado con tu negro infernal, me has arruinado para siempre.
—Espera—
le respondió la tinta. Yo no te he ensuciado, te he revestido de palabras. Desde
ahora, ya no eres una hoja de papel, sino un mensaje. Custodias el pensamiento
del hombre. Te has vuelto un instrumento precioso.
En
efecto, poco después, ordenando la escribanía, alguien vio aquellas hojas
esparcidas y las juntó para arrojarlas al fuego. Pero, de pronto, advirtió la
hoja sucia de tinta: y entonces tiró las demás devolviendo a su lugar la que
llevaba, visible en negrísima tinta, el mensaje de la palabra.
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