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martes, 30 de octubre de 2018

Hola libro ¿Qué me cuentas?



Hola libro ¿Qué me cuentas?

Érase en un lugar donde habitaban muchos libros, como era de esperar, ya sabes en donde me encuentro, en una biblioteca, como es natural. Soy fan de muchos de ellos por sus temas, su narrativa, su prosa, su poesía, su rima, por todo su contenido.

Una vez en su interior, los puedes ver bien colocados, por temas, autores, por sus especialidades, en definitiva, para hacerte fácil la búsqueda de un determinado libro.

Ese día, estando en la biblioteca, me puse a buscar un libro, especialmente de cuentos. Quiero decir, que me encanta los cuentos, por lo que procedí a mirar en los que estaban en la zona de cuentos y relatos. En realidad, no buscaba ninguno en concreto, pero, empecé a buscar.

Poco a poco iba descartando los que no me interesaban, unos porque ya los había leído y, otros porque sus títulos no me decían nada. Pasado un buen rato sin decidirme cuál de ellos llevarme, oigo muy cercano de mí. —¡Chis!, ¡Chis!— Me doy la vuelta y deja de oírse, por lo que sigo con la faena de llevarme ese precioso libro para leerlo. De nuevo se produce el mismo —¡Chis!, ¡Chis!— Hago un giro veloz mis píes intentando posicionarme en la dirección de donde procedían esas llamadas de atención. En eso que veo un libro moverse, me acerco con la intención de cogerlo para que no caiga al suelo.

Llegando a su altura, oigo que el libro me dice —¿Me estás buscando?—

Yo, sobresaltado, doy un traspiés, por un momento me veo con mi cuerpo caído en el suelo. Una vez recuperado de la sorpresa, me pongo delante del libro.

El libro, me vuelve a preguntar —¿Mes estás buscando?—

Yo creí que me daba algo ante aquello, me hice como si todo fuera una cosa natural, y le contesté —Estoy buscando un libro de cuentos—

El libro ni corto ni perezoso, me responde —Aquí, delante de ti, tienes a uno— añadiendo, además —yo, contengo un gran número de cuentos en mi interior, variados e interesantes— y continuando con su presentación, agrega —Si quieres puedes ojearme—

Dicho y hecho, cojo el libro y empiezo a visualizar su interior, según voy repasando, me respondo —la verdad es que el libro en su presentación se queda corto.

Por consiguiente, tomo el libro entre mis manos, me acerco a recepción para que me tomen nota. Y con el libro en la cartera salgo de la biblioteca a toda prisa para llegar a casa y disfrutar de este querido libro.

“Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”. Proverbio hindú.

Como era de esperar, todo toca o tiene un final, en este caso llegamos a su fin, diciendo: No esperes más, coge un libro en tus manos, con el leer y el pasar hoja a hoja, una fiesta te darás, la lectura no es un capricho, es una fiesta muy especial.
bayekas

Yonkie



Yonkie

Yonkie que te estás matando
metiéndote mierda en las venas
la heroína es tu hermana
una hermana que poco a poco te mata.

Con ella nunca podrás
si no te ayuda la gente
deja el chute de una vez
que la muerte está presente.

Para vencer a tu hermana
no te la pongas cada mañana
y con ello tú estarás
más vivo que un zagal.
bayekas

Vamos a ser positivos



Vamos a ser positivos

Pensemos por un momento lo que queremos ser, lo que podemos tener, no aquello que los demás nos meten por los ojos, o aquello que los demás tienen, pero que, nuestra situación social nos impide tener, por mucho que lo deseemos o nos lo propongamos, nunca lo conseguiremos, ya que no está a nuestro alcance.

Ante todo, para ser positivos, tendremos que ser realistas; lo imposible por mucho que te digan si existe.

Hay personas en este mundo que te venden una ventana por una puerta, con lo que te están imposibilitando la entra y la salida, sólo t están ofreciendo “ver”, pero ellos te dirán que esa es tu entrada o salida.

Cómo ves, el engaño lo tienes servido. El dinero será de ellos, pero en cambio, el problema será tuyo.

Si me lo permites, quiero antes de terminar que, leas estas letras del escritor, médico, psicoterapeuta, etc., Jorge Bucay:

—No trates de ser quien no eres (sobra todo quien ya no eres).
—No te pongas freno a tu vida y déjala fluir libremente.
—No tengas prejuicios que ya no necesitas sostener.
—No juzgues tus necesidades como un síntoma de debilidad.
—No dudes en expresarte o pedir ayuda.

Ahora tú eres quien decides, no sin antes agregar,

“El sabio sabe leer después de que los demás le hablen.”
bayekas


He usado las letras



He usado las letras

La “a” es una letra
el “para” una palabra
con todas ellas pronuncio
alguna frase ya rara.

Si quiero aprender a leer
empiezo por las palabras
que pronto se unirán
en una frase más larga.

Nunca se sabe bastante
cuando se usan las palabras
ellas son infinitas
a la vez, que muy sabias.
bayekas


Soy yo



Soy yo

Como dijo Ortega y Gasset:

“Yo soy yo y mi circunstancia.”

Así empezamos hoy para dejar claro, que para ser, tenemos que ver, conocer, saber, obrar, y, sobre todo, realizar.

Como el bien dice, nos pone, para continuar por el sendero de la vida, no vale, ni es necesario, oír, escuchar, a esos chamanes que usan las palabras como si fueran milagros a los que te tienes que agarrar para seguir viviendo. A ti que eres realista, no te hace falta tanta falacia de palabra. Tú eres tus hechos, tus actos, tus obras, tu forma de pensar, de ser, todo eso y más, que nadie lo puede cambiar, porque si lo hicieran, ya no serías tú, pues perdiste tu esencia de ser.

Es bueno escuchar, dejar que los demás hablen, que te den consejos, pero, es mucho mejor después de esto, pensar, ¡Sí pensar! Tú puedes hacerlo, debes de hacerlo, es una necesidad, una obligación que tiene todo ser racional.

No dependas de los demás, se tú mismo, tú eres el verdadero camino, los demás, son secundarios.

Tu vida, la haces tú, no los demás.
bayekas

Hola, hola



Hola, hola

El hola y hola me llevo
con amor e ilusión
con respeto y educación
en ese orden y pronunciación.

Quiero decirlo al viento
el hola es un saludo
que todo el mundo tiene
por ser corto y breve.

El hola se usa al principio
sobre todo, al entrar
y, cuando uno sale
el adiós has de usar
bayekas

domingo, 28 de octubre de 2018

La niña en el bosque



La niña en el bosque

Era una noche lluviosa. El agua caía desmesuradamente sobre la encharcada tierra, ésta se había convertido en un barrizal difícil para el caminar.

A parte de eso, la noche estaba cerrada, la Luna debido a la tormenta estaba oculta sobre las nubes grises que se alzaban sobre el cielo, su oscuridad era intensa, apenas se podía divisar algo sobre la cortina de agua que en esos momentos estábamos padeciendo.

Todos continuaban centrados en el cometido indicado por las autoridades del pueblo. La mayoría de los vecinos estaban allí voluntariamente centrados en búsqueda de la niña. Hacía más de diez horas que la niña se le había visto por última vez en el pueblo.

A pesar de las inclemencias del tiempo y, de cómo se encontraba el terreno, todos continuaban obsesionados con encontrar a la niña. El correr del tiempo apremiaba para encontrar a la niña perfectamente y cuanto antes.

Nadie se rendía, al contrario, todos se afanaban más en la tarea. Iban formando un cordón, mediando entre uno y otro apenas un metro. La batida ya había recorrido varios kilómetros en el bosque. La niña no había sido vista aún.

En este afán de encontrarla, todos iban armados con su linterna, con ella se ayudaban para divisar bien el terreno que estaban pisando con la batida.

De pronto, en la oscuridad y en el silencio de esa noche, se oyó como una voz dando la alarma. Alguien había visto algo. Todos se detuvieron al momento sin abandonar su puesto en esa especie de formación, a la espera de que se continuará o no con la búsqueda de la niña desaparecida.

Cómo un rumor a los lejos, los allí presentes, pudieron oír que se continuaba con la tarea y que se iba por buen camino. Sólo se había encontrado un jirón del vestido de la niña que se andaba buscando. Pasaron, tal vez, cuatro o cinco horas, nadie podría precisar en esos momentos, desde que se encontró enganchado en una rama un trozo de tela del vestido de la niña. A todo esto, se volvió a escuchar en la lejanía un grito, está vez era distinto.

Todos cesaron en el andar a la espera de los resultados del grito. En esos momentos, se empezó a oír unos gritos de alegría. Los voluntarios, empezaron a salirse de la formación que hasta ese momento con mucha tensión habían formado.

La niña había sido encontrada, estaba sana y salva, eso sí, empapada por las inclemencias del tiempo y algo asustada. Tenía entre sus manos un osito de peluche y lo abrazaba con mucho cariño.

La niña sólo sabía decir, que su osito se había extraviado en la espesura del bosque, y que, lo había encontrado, protegiéndole de los hombres malos.

Todos felices volvieron poco a poco a sus casas en el pueblo y, con la satisfacción del deber cumplido.

Lo bien hecho, bien parece, agregando, además, nunca es tarde si la dicha es buena.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Todo es vida después del parto



Todo es vida después del parto

Nací ayer
y vivo hoy
crecí mañana
después del parto.

¿Qué pensarías de aquí a un rato?
¿Volarás por las nubes?
¿Vivirás en el campo?
Todo es vida, después del parto.

Naciste hoy
¿Cómo te llamo?
Tu nombre dice
que eres mi hermano.
bayekas

Tierra que te formas



Tierra que te formas

Tierra que te formas en barro
con el agua del rocío.
Tierra que el agua te lleva
por los ríos hacia los mares.

Presa que contienes agua
de la lluvia de las nubes.
Agua que bebo del río
que llega a los hogares

Si no fuera por ti agua
yo no estaría vivo.
Te necesito para mi sed
agua de todos los ríos.
bayekas

Un vigilante con ilusión



Un vigilante con ilusión

Érase que se era un personaje muy popular al que llamaban vigilante de seguridad. Ante cualquier problema o agresión todos a él le llamaban, sobre todo, para que él diera la cara. El querido vigilante, eso no le importaba, era más, acudía con valentía a la urgente llamada.

En su afán de atender y, sobre todo defender, estaba siempre presente, atento, disciplinado, y como, bien plantado, era tal su dedicación que, en más de una ocasión todos los golpes él se llevó.

Cuando le agredían de él nadie se cuidaba, era más, todos le olvidaban y de él nadie decía. En cambio, si en algún momento él se extralimitaba, todos de él decían, publicaba, televisaban, incluso ajusticiaban, y como era de esperar, de boca en boca acababa. No importaba lo que en su vida hiciera, o simplemente le hicieran, o también, le sucediera, por ese acto cualquiera, ya a él, se le maldijera.

En su vida, como tal, el vigilante de seguridad, en algún momento sangró de las heridas sufridas por tanta exposición, alguno de ellos murió debido a una agresión, como eso no vendía, al otro día de esa agresión todo se olvidaría.

Quiero volver a decir con mucha desilusión que, si alguna vez ocurriera, él por sí mismo agrediera, en la prensa saldría por ese maldito día y maldecido por la acción que él produjera.

Y, para terminar, quiero también mencionar, o más bien recordar, a tanto vigilante caído por una acción realizada, las vidas éstos perdieron debido a los que les agredieron, otros casos con más suerte, sólo por la agresión, una secuela les quedo.

Y aquí se acaba la historia de ese valiente señor, al que todos le llaman el segurata con desprecio y sin clamor, pero, que, en realidad, por su valentía y honestidad, se le ha de nombrar vigilante de seguridad.
bayekas

Hoy me preguntas ¿Quién soy?



Hoy me preguntas ¿Quién soy?

Yo soy el que no fue
también, soy aquel, el escondido que no está
soy, además, una voz “apaga”
¡Y cómo no! La razón, el dolor y la voz.

Soy presente, soy pasado, soy un futuro enredado
soy ausencia, soy amado, soy calor de enamorado
soy creencia del ayer, soy quietud a su vez.
Estoy y más soy a la vez, aunque pueda estar sin ser.

Creo en ti, en ese, y tal vez, en aquel.
Soy campo, pradera, y como quiera, hierba verde de vergel
soy tu sueño, tu regazo, soy la voz del corazón
a su vez, soy tantas cosas, como la ausencia pueda ser.
bayekas

sábado, 27 de octubre de 2018

Anduve los caminos



 Anduve los caminos

El camino anduve
las montañas subí
el sendero paseé
las laderas bajé

Todos es camino
todos es sendero
anduve, subí y bajé
y, no fui una ausencia, por fin.

Con el tiempo cambié
con ello, el espacio se fue
y todo andando
el sitio ocupé

La noche ya vino
el día se fue
todo era camino
que yo anduve o andé, también.
bayekas


Ayer te vi



 Ayer te vi

Te vi ayer
hoy también
en todo momento
te creo ver.

¿Por qué será?
No sé qué hacer
te quiero ver
en cualquier lugar.

Miré para atrás
y no te vi
hacia adelante
te vi está vez.


Hoy y mañana
te quiero ver
¿Por qué será?
Yo no lo sé.

Tu voz oí
y no miré
estuve en duda
como la otra vez.

Querida mía
mi amor sereno
no te escondas
que no te veo
bayekas

Suerte



Suerte

Viento que te llevas mi suerte
traémela al momento
que no puedo vivir
sin saber que la tengo.

Pues, juego y nunca gano
compro y siempre pierdo
echo y no me toca
sino tengo suerte, me vuelvo loca

Quiero recuperar ya mi suerte
ella me anima a jugar
tanto es así
que incluso, me puede tocar.
bayekas

Vi un ser humano convertido en robot



Vi un ser humano convertido en robot

Érase un ser sin nombre, algo vulgar o común; éste ser se encontraba en una ciudad, se puede especificar, pero era como tantas otras, una más. Siendo un ente muy corriente, anónimo, de esos que pasan desapercibidos.

Su forma de hacer se podía predecir, pues, la realizaba muy repetitiva, llegándose a ser monótona, incluso podía decirse, muy mecánica, no diferenciándose de los demás. Algo nos podía indicar que tenía una tendencia automática, como si estuviéramos viendo un robot.

Nos centramos en su actividad diaria, a primera hora los pudimos ver en una fábrica de esa urbe, donde realizaba su tarea. En ese preciso momento se encienden las luces, iluminando todos los rincones e instancias. No quedaba nada ni nadie que esa luz no alcanzara.

No se sabe cómo ni de qué manera, al instante, todos y cada uno de ellos, se dirigieron a ocupar su puesto en la cadena de montaje que, con anterioridad les habían marcado.

Una vez posicionados, se oye un sonido que se podía clasificar como el de una sirena, en otro ángulo y al mismo tiempo, una luz roja parpadeaba, al verla todos se pusieron a producir. Por curiosidad me fije un momento en parte de ellos, me lleve la impresión de que nadie desviaba la mirada de la cadena, ni se distraía con algunos de los ruidos que con constancia sonaban.

Pasaban las horas, todos seguían como si fueran el principio, sin bajar el ritmo marcado, además, nadie se movía del sitio que inicialmente se habían posicionado. Era de extrañar, después de tanto tiempo en la misma posición y compás de producción, en ninguno se notaba o se podía ver un atisbo de fatiga o cansancio. Los movimientos eran maquinales e iterativos. Según se terminaban las piezas, al final de la cinta transportadora de la cadena de producción, se encontraban otros entes, que con la misma cadencia lo apilaban en un almacén continuo.

De pronto, se vuelve a escuchar el sonar de la sirena por toda la cadena y, como si  un resorte les soltara, pararon su actividad, al mismo tiempo que se dirigían a otra de las instancias de la fábrica, en esa sala o módulo, todos se paradón en un orden determinado, que yo no podía comprender ni precisar con exactitud. Una vez estuvieron todos en ese orden y bien alineados, apareció un hombre con una bata blanca que, cuando llegaba a la altura de cada uno de ellos, recogía un cable del suelo, en cuya punta se podía precisar que se encontraba un enchufe y lo conectaba en una de las partes del cuerpo de esos seres, al unísono se les encendía una luz verde parpadeante.

No pudiendo contener mi intensa curiosidad, me aproximé a donde se encontraban todos y cada uno de ellos, al tocarlos, me di cuenta de que cada de que eran robots.

Salí corriendo de allí, atemorizado como estaba, no miré para atrás hasta que consideré que estaba lo bastante lejos para pararme con seguridad. No volví nunca jamás por miedo a que me convirtieran en uno de ellos.

¡Yo trabajo en una cadena de montaje similar!
bayekas


El camino


El camino

Llegué al camino
y tú no estabas
me puse a esperar
más, tú no llegabas.

Al sentir tu vacío
me cubrió, un llanto de pena.
Tu ausencia extrañé
en la soledad, que tú me dejas.

Te sigo esperando
con angustia, a que vuelvas.
Me voy llorando
por la soledad en la que me dejas.
bayekas

Pienso que estás



Pienso que estás

Pienso que estás
aunque no te vea
miro la luz
escudriñando tu ausencia.

Amor, amor, amor
te llamo en la noche
palpo tu sitio
vacío se encuentra.

¿Dónde estarás?
La pena me ciega
el corazón se me rompe
ante tanta ausencia.
bayekas

viernes, 26 de octubre de 2018

Eres vida, también…..



Eres vida, también….. (26.10.2018)

Eres vida, también muerte, nunca hablas, ni sientes, pero lo que si me doy cuenta es que mientes.
bayekas

Busco palabras



Busco palabras

Busco palabras nuevas
anoto también las viejas
a todas les doy su uso
sobre todo, a mi manera.

Miro mi blog de palabras
están todas bien ordenadas
y me paro en la primera
de esas palabras que anoto.

Hoy he puesto hasta “a-moto”
suena muy mal cuando está escrita
por su barbarismo
más que solecismo.

Vuelvo a buscar más palabras malas
sabiendo que no existen
pero que, suenan bien al pronunciarlas
¿Entonces, para qué anotarlas?

bayekas

Río que naces



Río que naces

Río que naces en las cumbres
y vienes a la ciudad
llenándola de agua viva
con una alegría sin igual.

Hoy las nubes descargan tus aguas.
Ya todos se preguntan
¿A dónde irán a parar?
esas aguas de tu caudal.

Naces en las altas cumbres
bajando por sus laderas
donde bañas valles y llanuras
además, de inundar, sus grandes praderas.

Los hombres necesitan
las aguas de tu caudal
con ellas riegan las flores
y las tierras de sembrar.

Río que con tu agua das vida
a la siembra y al ganado
y al hombre, le saciad su carencia
de esa agua natural.
bayekas

La lotería



La lotería

La lotería sale, toca.
Los niños cantan sus números
gritando sale la gente
incluso se alborotan


Qué feliz se ve a la gente
cuándo sus números son nombrados
algunos sonríen al saberlo
otros, en cambio, salen llorado.

Todos contentos se ponen
con el número premiado.
Vamos cantando los números
la lotería ha tocado.
bayekas