Vida
(06.03.2019)
Autor:
José Hierro
Después
de todo, todo ha sido nada,
a
pesar de que un día lo fue todo.
Después
de nada, o después de todo
supe
que todo no era más que nada.
Grito
«¡Todo!», y el eco dice «¡Nada!».
Grito
«¡Nada!», y el eco dice «¡Todo!».
Ahora
sé que la nada lo era todo,
y
todo era ceniza de la nada.
No
queda nada de lo que fue nada.
(Era
ilusión lo que creía todo
y
que, en definitiva, era la nada.)
Qué
más da que la nada fuera nada
si
más nada será, después de todo,
después
de tanto todo para nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario