El
ciervo y sus acompañantes (18.12.2018)
Yacía
un ciervo enfermo en una esquina de su terreno de pastos.
Llegaron
entonces sus amigos en gran número a preguntar por su salud, y mientras
hablaban, cada visitante mordisqueaba parte del pasto del ciervo.
Al
final, el pobre ciervo murió, no por su enfermedad sino porque no ya no tenía
de dónde comer.
Moraleja:
Más vale estar solo que mal acompañado.
Autor
del cuento: Esopo
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