Julio
Bevione en su libro "La vida en cinco minutos", nos dice:
Para
cada problema, una solución:
Todo
enredo tiene su manera de desenredar. Está no solo es una visión optimista de
lo que podría ser un problema, sino una verdad que tenemos que aceptar. Para
que algo se haya complicado o enredado, antes debió estar en un estado opuesto.
Y saber de la existencia de este primer estado es la garantía que toda búsqueda
de solución encontrará un resultado positivo.
Pero,
muchas veces, creemos lo contrario porque esperamos que la solución ocurra como
un acto mágico del destino, que alguien la encuentre por nosotros....
(...)
Si realmente queremos una solución, lo siguiente será renunciar a pedírsela a
otros o esperar que el destino la presente.
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