Un
vigilante con ilusión
Érase
que se era un personaje muy popular al que llamaban vigilante de seguridad.
Ante cualquier problema o agresión todos a él le llamaban, sobre todo, para que
él diera la cara. El querido vigilante, eso no le importaba, era más, acudía con
valentía a la urgente llamada.
En
su afán de atender y, sobre todo defender, estaba siempre presente, atento,
disciplinado, y como, bien plantado, era tal su dedicación que, en más de una
ocasión todos los golpes él se llevó.
Cuando
le agredían de él nadie se cuidaba, era más, todos le olvidaban y de él nadie
decía. En cambio, si en algún momento él se extralimitaba, todos de él decían,
publicaba, televisaban, incluso ajusticiaban, y como era de esperar, de boca en
boca acababa. No importaba lo que en su vida hiciera, o simplemente le hicieran,
o también, le sucediera, por ese acto cualquiera, ya a él, se le maldijera.
En
su vida, como tal, el vigilante de seguridad, en algún momento sangró de las
heridas sufridas por tanta exposición, alguno de ellos murió debido a una
agresión, como eso no vendía, al otro día de esa agresión todo se olvidaría.
Quiero
volver a decir con mucha desilusión que, si alguna vez ocurriera, él por sí
mismo agrediera, en la prensa saldría por ese maldito día y maldecido por la
acción que él produjera.
Y,
para terminar, quiero también mencionar, o más bien recordar, a tanto vigilante
caído por una acción realizada, las vidas éstos perdieron debido a los que les
agredieron, otros casos con más suerte, sólo por la agresión, una secuela les
quedo.
Y
aquí se acaba la historia de ese valiente señor, al que todos le llaman el
segurata con desprecio y sin clamor, pero, que, en realidad, por su valentía y
honestidad, se le ha de nombrar vigilante de seguridad.
bayekas
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