El
vigilante
¿El
vigilante dónde estará?
aquí,
allá, tal vez nunca se sabrá.
está
pasivo, también callado
pero,
como siempre, muy puteado.
Siendo
verdad, está ya quieto
nunca
protesta, sólo es lamento
lo
natural en él, es el callar.
¡Ay
vigilante! ¿cómo estarás?
bayekas
Desde
aquí, quiero agradecer al compañero Marcos Enrique sus palabras, además, del
gran detalle de corregirme este poema, y sobre todo por darme su opinión para la terminación.
De
nuevo, muchas gracias.
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